En la serie de televisión Humanos, la interaccion física entre maquinas y hombres es normal.
El film Ex Machina plantea la seducción del robot mujer Ava a un ser humano, hombre, para poder escapar.
En Her, el personaje que encarna el actor Joaquin Phoenix, se enamora locamente del sistema operativo de su teléfono celular, interpretado por Scarlett Johansson, con una sensual voz.
Los ejemplos son muy variados y de diferentes medios y Pearson asegura que el proceso y la evolucion hacia el sexo con robots sigue un curso totalmente natural e indica que para el 2030 el sexo virtual en 3D será tan normal como lo es el porno on line hoy en dia, y pronostica que para pocos años después, la mayoría de la población poseera juguetes sexuales con los que podrá interactuar en la realidad virtual.
En Japón el asunto del sexo con robots se encuentra en la palestra y es de lo mas comentado en estos días, debido a un popular humanoide doméstico llamado Pepper, a la venta desde hace tres meses, un robot que es capaz de “leer” las emociones humanas. El fabricante, SoftBank, exige firmar un acuerdo a sus usuarios, mediante el cual se comprometen a “no realizar un acto sexual o una conducta indecente con el robot”.
David Levy vaticina que esa interaccion sexual entre humanos y robots será “una cosa positiva para millones de humanos que no tienen relaciones satisfactorias”. Los robots sexuales, asevera, pueden ser “una bendición” que podría ayudar a aliviar problemas como la soledad o la pedofilia.
La antropóloga Kathleen Richardson, de la Universidad de De Montfort en Leicester, con un tono alarmado denuncia “una terrible pesadilla“. Richardson y otros especialistas en ética robótica han lanzado una campaña en contra de los robots sexuales y reclaman a sus potenciales usuarios que “examinen sus conciencias” y no contribuyan al desarrollo de una tecnología que puede tener imprevisibles consecuencias en la vida diaria.
Mucha gente tendrá al principio reservas a mantener relaciones sexuales con un robot”, advierte Pearson. “Pero conforme vaya mejorando el comportamiento mecánico, la inteligencia artificial y la apariencia de las máquinas, los prejuicios se irán evaporando y la gente acabará conectando emocionalmente con los robots”.