Andrés Amaya es un diseñador industrial mexicano que diseña piezas artísticas, pero además diseña y fabrica muebles para tener sexo. Vive en Coyoacán, en el sur de la Ciudad de México, donde tiene su oficina y taller de donde sale su mobiliario erótico y se refiere sin ambages a la doble moral con la que se trata el sexo en México. “Lo natural sería que en las mesas de regalo de las bodas hubiera mobiliario erótico”.

La Silla Barbarella, con el nombre del personaje inmortalizado por la actriz Jane Fonda, que presentó en el Salón del Mueble en Milán en 2003, fue uno de sus primeros diseños que se hicieron famosos en las tiendas de muebles especializados y sex shops de todo el mundo. Se refiere al diseño de esta particular silla, en estos términos: “Permitía la realización del cunnilingus a la mujer con el hombre abajo. La mujer queda como en una especie de trono”, recuerda el diseñador, “Fue muy emblemático en esa época porque detonó un gran interés”.

Amaya asegura que sus piezas son heterogéneas y abarcan todas las vertientes y preferencias sexuales, pues hay que ser tolerante y diverso y comenta al respecto: “Hay que ser incluyentes y tolerantes con todos. Hay que entender que cada quien puede vivir el erotismo y la sexualidad como mejor le parezca, siempre y cuando sea de una manera madura, correcta y con un alto nivel de consciencia”.

El proceso de elaboración de cada pieza puede tardar desde 8 meses hasta un año, dependiendo de la complejidad de la pieza. Con respecto al costo de las piezas dice que si se comparan con el salario mínimo en México, son algo caros, pero que si lo comparamos con lo que cuestan en mueblerías, son baratos. Son muebles con número de serie – seriado y numerado- con acabados hechos a mano y que duran toda la vida.
En las galerías especializadas y de arte los puedes comprar en 3,200 dólares, dependiendo del tipo de pieza y su complejidad de diseño y manufactura. Los muebles siempre son probados, en medio de su proceso de fabricación, para asegurarse de que las posiciones para los que están propuestos, se realicen a cabalidad y sin ningún problema. Su diseño abarca múltiples y muy variadas posiciones sexuales, desde el muy buscado sexo oral, hasta un sexo anal sofisticado por su perfecta implementación.