martes, 11 de octubre de 2016

Trastornos relacionados con la sexualidad femenina.

Este es uno de los tabúes más grandes de nuestra sociedad: más mujeres que hombres padecen algún tipo de disfunción sexual. Mundialmente se habla de un 43 por ciento en el caso de las féminas y de un 31 por ciento en los varones. Existe un problema de fondo muy grave para sostener cualquier estadística: el ocultamiento, pues las damas suelen reservarse cualquiera de estos trastornos:


































Anafrodisia: Disminución o inexistencia de deseo sexual
 Frigidez: Disminución o inexistencia de excitación sexual
Anorgasmia: Retraso persistente o ausencia de orgasmo, tras una fase normal de excitación sexual.
Dolor sexual: Hay  2 tipos: Dispaurenia (intercambio sexual doloroso) y Vaginismo (espasmos involuntarios de los músculos de la pared vaginal que dificultan o impiden el coito).
El urólogo Ricardo Szemat presentó en Buenos Aires, Argentina, un trabajo de investigación para la Sociedad Latinoamericana de Medicina Sexual (Slams), hecho en base al estudio de 200 mujeres en Venezuela con edades entre los 40 y 69 años (43,2 por ciento casadas, 20 por ciento solteras y 19 por ciento divorciadas). Éstos fueron sus resultados:
22 % a 43 % padece de disfunción sexual
30 % padece de deseo sexual hipo activo (disminuido o ausente)
15 % padece problemas de orgasmo
10 %  al 15 % experimenta dolor durante el sexo
Ingrid Acosta, psicóloga, sexóloga y psicopedagoga nos ofrece una preocupante aproximación. En su consulta, cinco de cada 10 mujeres padecen trastornos de deseo sexual, y ocho de cada 10 mujeres padecen trastornos de disfunción orgásmica.
Hay diferencias marcadas para distinguir la disfunción sexual masculina de la femenina. En primer lugar, un hombre no tiene la capacidad de fingir la excitación sexual y el orgasmo. Las mujeres han “pulido” esta técnica para demostrar una satisfacción irreal. En segundo término, las causas de disfunción sexual en ellas tienen un componente psicológico y cognitivo más que orgánico. En los hombres ocurre al contrario.
Otras razones que podrían contribuir en las damas:
-Disminución del nivel normal de producción de hormonas femeninas (mejor conocida como estrógenos)
-Edad (menopausia)
-Fatiga
-Embarazo
-Medicación (antidepresivos)
-Enfermedades crónicas o psiquiátricas (depresión o ansiedad).
-Insuficiencia con la irrigación sanguínea hacia los genitales o falta de lubricación vaginal.
-Naturaleza de la relación de pareja, donde el componente emocional juega un papel muy importante.
Aura Pírela, ginecólogo-obstetra, remite muchos de estos casos a sus colegas sexólogos, pues ellos son los encargados de dirigir la terapia cognitiva y sexual que devuelve la plenitud a las féminas. “Preocupa el alto grado de negación que existe en las mujeres para reconocer un problema de este tipo”, admite la especialista. “Muy pocas tienen el valor de hacerlo. Muchas prefieren fingir ante su pareja, simplemente por ‘cumplir’”. Las esperanzas de muchas para mantener el secreto se concentran en la droga flibanserina, concebida inicialmente como antidepresivo y considerada el “viagra femenino”.
Este medicamento no ha recibido la aprobación de la Dirección de Medicinas y Alimentos de Estados Unidos (FDA), y tampoco un parche de testosterona llamado “Intrinsa”, para ayudar hormonalmente a las mujeres con disfunción sexual. Lo recomendable, en todo caso, es que la interesada acuda al especialista. Linda Poelzl, educadora y entrenadora sexual recomienda estas opciones:
-Acupuntura: así como el Viagra, incrementa el flujo sanguíneo en los genitales.
-Medicina china: se combina con la acupuntura y ha sido efectivo en el 65 por ciento de los casos.

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