martes, 17 de enero de 2017

Hazle confesar sus perversiones y fetiches.

Pidele sensual y provocativamente que te cuente las fantasías sexuales que tiene y que te hable de todos los  pensamientos que se le cruzan por la mente cuando piensa en hacer el amor contigo. Consigue que te describa muy detalladamente lo que desea que hagas por él y toma nota de esto muy bien para hacerlo luego. Escúchalo con mucha atención y prepárate para no escandalizarte, sea la que sea su fantasía sexual.


Pregúntale por todas sus fantasías sexuales solo si estas dispuesta a escuchar y a hacer cualquier locura. El supondrá que si sientes curiosidad por sus fantasías es porque tienes intenciones de hacerlas realidad y no porque pretendes juzgar sus “malos” pensamientos. Evidentemente, no estas obligada a hacer algo que no quieras hacer, pero si algo no te agrada o no te apetece, busca algo muy sugerente y atrevido que pueda servir para distraer su atención.
Nunca te olvides de ser su cómplice y, mucho menos, al escucharle hablar sobre los deseos eróticos que vuelan por su mente. Para conseguir que su sinceridad sea completa y evitar que sienta miedo a escandalizarte o se frene por la timidez o por lo que puedas pensar de él, proporciónale confianza y camaradería, con una actitud muy abierta.
Una vez logres que él se sienta libre para contarte todas sus fantasías, se inspirara y ambos entraran en la historia de tal forma, que aunque hagan realidad algunas de ellas, seguirán conservando el maravilloso estatus de fantasía sexual, lista para hacerse material siempre que la pasión de ambos lo quiera. No te olvides, además, que las fantasías son casi inagotables, ya que poseemos una mente increíblemente fértil.

La pornografía casi siempre es del gusto de la mayoría de los hombres y esto puede formar parte de este juego sexualmente “perverso” que harás que el disfrute, para lo cual debes elegir un buen material erótico y/o pornográfico. Cuando tengas una buena selección de libros y revistas con imágenes morbosas, historias eróticas o comics muy atrevidos, invítalo a una sesión o “tertulia” porno. Dile que deseas compartir con él unos momentos de ocio erótico. Es imposible que algún hombre se niegue a una invitación de este tipo.
Una vez lo tengas junto a ti, mirando y leyendo estimulantes pasajes eróticos, proponle una sesión de lectura e intercambio de imágenes, turnándose. Tú le enseñaras las imágenes que más te gusten y leerás en voz alta los párrafos que consideres más excitantes y luego el deberá hacer lo mismo. No solo lo excitaras y lo complacerás….Sino que lo harás feliz.

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