lunes, 16 de enero de 2017

Tips para un cunnilingus de campeonato.



Tomate tu tiempo: Para demorar el placer de la mujer y para que su excitación crezca continuamente, no es conveniente iniciar el cunnilingus estimulando directamente el clítoris. Los preliminares y rodeos para motivarla pueden traducirse en besos, movimientos y roces por todas las zonas erógenas del cuerpo, desde las más definidas, como los pechos, los pezones, el cuello, las nalgas y el interior de los muslos; hasta aquellas especiales de cada mujer, esas zonas “secretas” que solo el amante conoce: la nuca, el lóbulo de la oreja y los dedos de los pies entre otros. Iniciar estas caricias con la ropa puesta y repetirlas a medida que la vas desnudando, aumenta la voluptuosidad y el erotismo de la relación.

Comunícate: La pasión no necesariamente significa silencio, también te debes comunicar. Son muchas las mujeres que se sienten más excitadas cuando se les pregunta que prefieren y como les gusta, o si así les gusta, mientras disfrutan esas caricias, lo que en muchas ocasiones les da pie a pedir más y orientar a su compañero sexual sobre cómo seguir estimulándolas.
Posturas a la carta: Los cambios de posición o postura evitan la rutina y la odiosa costumbre. Lo imprevisible siempre aumenta el deseo. Sin embargo, conviene primero saber cuáles son las posturas mejor aceptadas por la amante y también cuales son aquellas que coinciden con las preferencias de cada mujer. A algunas les encanta llevar la iniciativa, incluso en el cunnilingus, y a veces deciden sentarse sobre la cara de su amante. Otras mujeres se entregan con las piernas absolutamente abiertas. Y otras gozan apretando con sus piernas semicerradas la cabeza de su compañero sexual para provocar un roce más continuo del clítoris o simplemente juegan a “ponérselo difícil”.
Lubricación: Usar mucha saliva al chupar la vulva potencia el morbo del sexo oral. Cuando la lubricación es intensa, la lengua y los dedos se desplazan más fácilmente, sin provocar molestias. Esta es la forma de asegurarse de comenzar un buen cunnilingus. Tras dar largas lamidas con la parte plana y ancha de la lengua, para excitarla, el destino final es el clítoris, mojándolo bien y dándole golpecitos o caricias más directas con la punta de la lengua.

Sigue un ritmo: La lengua debe seguir un ritmo sostenido en las lamidas. Este ritmo cambia a medida que se descubre lo que la hace gozar en cada momento. No es conveniente comenzar muy rápido, incluso muchas mujeres asumen esa actitud como muy brusca y se apartan, pues es mayor la molestia que el placer.


Suave contra Brusco: Si el hombre desconoce las preferencias de su amante, lo mejor es indagar y preguntárselo. Pero si por pudor o por alguna situación especial no se anima o no es conveniente, es preferible siempre hacerlo muy suave y esperar a que ella misma pida más fuerza, porque cualquier movimiento brusco provoca molestias o dolor y ambos factores hacen que la mujer pierda concentración, deseo y ardor. Girar la cabeza de arriba a abajo o de lado a lado, recorriendo la vulva con la lengua de forma lenta, asegura un placer insospechado.

Los sonidos: Existen ruidos asociados con la actividad sexual que sirven como motivador, como excitante para la mujer. Emitir sonidos característicos al chupar o lamer, e incluso dejar escapar soplidos de excitación o agitación, y gemidos, ayuda a que ella comprenda que el hombre también está disfrutando del cunnilingus y la relaja para gozar más y más prolongadamente.
Un dedo: A muchas mujeres les gusta el juego manual durante el sexo oral. Algunas prefieren masturbarse ellas mismas acariciándose el clítoris mientras su amante les lame la vulva. Otras, que su compañero sexuales les introduzca uno o dos dedos en la vagina cuando sienten que la lengua en el clítoris esta próxima a llevarlas al orgasmo. En cambio, si la penetración con el dedo no les gusta en ese momento, ellas mismas se encargaran de hacer un gesto negativo para quitarlo. Ante esta insinuación conviene retirarlo rápidamente para que no se interrumpa el clímax.
Otras zonas erógenas: Cuando crece el deseo, el cuerpo pide más y la estimulación termina siendo múltiple. Mientras la lengua se ocupa de la vulva y el clítoris, una mano participa de la masturbación, en tanto la otra se acerca a otras zonas erógenas que quedan a su alcance para acariciarlas, según la postura que se haya adoptado. Desde el perineo y el ano (penetración con un dedo), hasta las nalgas, los muslos e inglés, los senos y los pezones.
Alerta de orgasmo: El cuerpo tenso de ella empieza a anunciar la proximidad del orgasmo. Es conveniente siempre acelerar las lamidas, aumentar el ritmo, aunque no de manera descontrolada (nunca caer en la brusquedad). En esos momentos es preciso centrarse en el clítoris, aunque con lamidas frecuentes, justo cuando ella estalla en el clímax. Mientras que cuando se empieza a relajar, conviene bajar también el ritmo y ser muy suaves, aunque sin dejar de estimular, porque, tras el orgasmo, el clítoris se vuelve hipersensible en la mayoría de las mujeres.
Copyright © Seduconsejos | Designed By Juan Miguel Maldonado By Blogger Templates
Scroll To Top